domingo, 22 de diciembre de 2013

Generación L21: ¡¡Peligro: escritores trabajando!!

         En estos momentos, en Lorca hay una decena de escritores tomando apuntes para sus próximas novelas...
         La verdad es que la imagen produce algo de miedo, porque uno se los puede imaginar sentados en uno de los bancos de las Alamedas, pasando revista a los personajes que suben y bajan cargados con los regalos navideños... sentados tras las carpas de plástico de los bares de la Corredera o de la plaza Calderón, construyendo los cimientos de sus obras futuras o atando los últimos cabos... o reflexionando con la mirada clavada en la lejana y majestuosa Torre Alfonsina, volviendo la mirada cien o doscientos años atrás.
         Sales a la calle y ves a Fran J. Marber escrutando las letras de granito pulido que han proliferado en los umbrales de iglesias y edificios públicos, pensando que ese TEATRO GUERRA que se ilumina de noche, ese ALPORCHONES que lleva tantos años en la subida a la Corredera, ese Corazón del Paso Azul... podrían esconder un doble o triple sentido; al fin y al cabo, Alporchones es un acróstico de Por La Noche... y por la noche pasan cosas extrañas. ¿Nos estarán indicando dónde se encuentra la espada perdida de la estatua de Alfonso el Sabio?
         Por la noche, a las 2 de la mañana, puedes toparte con Andrés Ruiz midiendo las piedras del Porche de San Antonio y llegando a la conclusión de que corresponden con las casillas de un tablero de ajedrez, como el de Fajardo el Bravo, o como los episodios del próximo libro de los hermanos HM. Fajardo.
         El perseguidor de sueños puede encontrar lo que busca allá en la otra orilla, o quizás escondidos entre aulas -que, por cierto, no serán las del Ros Giner-. Puede acabar preso en la tela de la araña -esperando que no se rompa como le pasó a Trompa y sus amigos-, balanceándose en un columpio en las estrellas o seducido por la joven de ojos miel.
         Desde su atalaya en una de las calles más céntricas y al mismo tiempo discretas de Lorca, el periodista Jorge González vigila las andanzas de todos estos capturadores de momentos que nunca existieron. Los sienta de dos en dos frente a sus micrófonos azules y blancos, blancos y azules, de la Cadena Azul, y les anima a que difundan sus mensajes desde las playas soleadas de Calnegre hasta los campos helados de Coy, pasando por encima de acequias y alcanciles y esquivando por los pelos la trampa mortal del Caballo del Óvalo.
         Ayer, la decena de escritores que conforman la Generación L21 se dieron cita en el Liceo Lorquino, gracias a los esfuerzos de Jorge González. Los protagonistas de este boom literario contaron con el padrinazgo de Emilio Calderón, otro maestro en buscar mundos ocultos entre los muros de Shanghai o en la modesta porcelana de nuestras cocinas, siempre de la mano de su escritora y musa Mari Luz Bravo.
         Elena Castillo, Mayte Para, Caro Musso, S.D. Rice, Andrés Ruiz Sanz, H.M. Fajardo, Fran J. Marber, F.J. Motos, Diana Al Azem, Manuel Morales, Juana Mateos, Lázaro Giménez, María Martínez... me dicen que Cristina Selva lo siguió desde la distancia, posiblemente mientras ayudaba al Capitán Blum con el timón. Un grupo de compañeros de aventuras, ahora amigos, que con su esfuerzo, y gracias al empuje de Jorge González, animan la vida cultural de la Lorca del siglo 21.

Generación L21.
Foto cedida por Cristina Selva

No hay comentarios:

Publicar un comentario