sábado, 15 de febrero de 2014

El bordado lorquino ya es BIC

         Nos llega una buena noticia desde Murcia. El Gobierno regional ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) la tradición del bordado de Lorca. Además de proteger el arte del bordado en sí, se declaran protegidos los bienes muebles e inmuebles vinculados a dicha tradición centenaria.
         Recordemos que desde el Ayuntamiento se está luchando para que los bordados, así como la Semana Santa lorquina, sean declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


        En la actualidad, cuatro de las cofradías lorquinas cuentan con sus museos centrados en los bordados: por emplear el orden alfabético, diremos que los Azules cuentan con la Casa del Paso (y están acometiendo las obras de creación de un museo nuevo), los Blancos tienen el Mubbla, los Encarnados el Mupaen y los Morados la Casa Museo Nicolás Salzillo. Os recomiendo que visitéis sus respectivas páginas web para más información.
         Con esta decisión, el Gobierno autonómico se hace eco del sentir prácticamente unánime de los lorquinos, y demuestra sensibilidad hacia un arte que, además de su gran peso histórico y cultural, genera muchos empleos directos y además atrae hacia Lorca a miles de turistas y consumidores.
         Reproduzco la información aportada desde el Ejecutivo autonómico, que además nos da una pequeña lección de historia del bordado lorquino.

La tradición del bordado de Lorca,
declarada Bien de Interés Cultural

         El Consejo de Gobierno ha dado el visto bueno a la declaración como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la tradición del bordado de Lorca. Asimismo, quedan protegidos los bienes muebles e inmuebles vinculados a la tradición del bordado.


         La documentación existente revela la importancia que el arte del bordado tuvo en esta ciudad hasta el Renacimiento. A mediados del siglo XVI, Lorca fue un importante centro de producción de bordado, destinado principalmente a la confección de prendas para ornamentos religiosos, bien fueran para la liturgia o para el culto.


         El bordado, que tiene como inspiración el ‘punto de figura’ o ‘pintura de aguja’ italiana, evolucionó a lo largo del siglo XIX gracias a los desfiles bíblico-pasionales.
         En concreto, tras la desamortización eclesiástica desaparecieron las obras escultóricas, por lo que los cofrades comenzaron a vestirse con mantos decorados en recuerdo de momentos históricos de la tradición bíblica.


        Surgió de este modo una manifestación cultural única en la Región y una tradición que se ha mantenido hasta la actualidad por los desfiles bíblico-pasionales, en los que cada año mejora la originalidad del diseño y las calidades del bordado.
         El bordado se caracteriza por la aplicación de las labores en tejidos de gran calidad utilizando materiales nobles como seda y oro. Para la elaboración de estos bordados se utilizan técnicas como la de seda matizada, en la que el dibujo se perfila sobre el papel de seda y se coloca sobre el lienzo para después comenzar a bordarlo.


         Otra de las técnicas, denominada ‘canutillo de oro’, se realiza sobre una base con realce para los motivos fitomórficos y geométricos inspirados en la antigüedad clásica.
         Los tipos de oro más utilizados son brillo, mate y briscado, a los que puede añadirse perlas y pedrerías. Asimismo, se trabaja el oro con punto corto, conocido como punto plano. Estos bordados se realizan directamente sobre el tejido definitivo, bien sea raso, terciopelo o cualquier otro.
         La salvaguarda de la tradición del bordado en Lorca pretende que este oficio no desaparezca y pervivan los conocimientos trasmitidos de generación en generación, no solo respecto a la dirección artística sino también a los talleres artesanos de bordado.












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